Cara a cara con la soberania de Dios
- Mónica Alba
- 29 may 2017
- 5 Min. de lectura
...No debe sorprendernos el hecho de que necesitamos ser quebrantados....
y a ese punto llegó mi vida, hoy es el día número 12 (hoy ya es el 14) de la cuarta hospitalización de Dani en los últimos 8 meses, la razón aparente: una neumonía severa con uno que otro "achaque" o complicación en su cuerpo, que los médicos están intentando solucionar, son las 7 de la mañana y escribo en un viejo papel roto que encontré en mi biblia. Justo en este momento logro empezar a entender las razones por las cuales tuvimos que volver aquí: Clínica Nueva, y son razones ocultas tras un sufrimiento, en este caso la enfermedad de mi amado, tras algo palpable, pero como bien decía el Principito... " solo con el corazón se puede ver bien, lo esencial es invisible para los ojos", y créanme, es muy difícil lograr ver con el corazón o encontrar una respuesta cuando se está en medio de las lágrimas; pero cuando la gracia y el inmerecido don de Dios de discernir viene, es posible vislumbrar ápices de respuestas a tantas preguntas y cuestionamientos internos ( muchas veces, si no lo es siempre, preguntas sin sentido... reproches, preguntas que buscan encontrar la razón de las cosas... ¿Por qué?, porque esa es nuestra naturaleza: carnal a pesar de ser seres espirituales, nuestra mundalidad siempre gana y nos basamos y guiamos por lo que vemos y sentimos, pero nunca nos damos a la tarea de ver lo espiritual en este peregrinaje terrenal, de saber qué es lo que quiere Dios hacer en mí con todo esto que está sucediendo).
Así que éstas son las lecciones que he aprendido en este tiempo de prueba, todo me ha llevado a ver, y más que eso, entender la soberanía de Dios.
Mi esposo entró hospitalizado el 15 de Mayo en horas de la mañana y el 17, fui yo quien sufrió un colapso de estrés, que mi cuerpo somatizó como una infección intestinal, así que no tuve opción, ya no podía quedarme en las noches con Dani para cuidarlo, tenía y debía guardar reposo, en contra de mi voluntad. Mientras él permanecía en la habitación 403, yo estaba en urgencias sometiéndome a un sin fin de exámenes, ansiosa por salir rápido para volver a verlo.
Lección #1: Soltar el control
Me lo habían advertido, muchas personas me decían que me cuidara, y yo pensé que lo estaba haciendo, hasta que mi cuerpo refutó mi tonta creencia... y de que manera lo hizo!, mis fuerzas quedaron completamente reducidas, por mas que quise recuperarme pronto, no fue posible, y tuve que dejar de ver a mi esposo como solía hacerlo ( 24 horas al día, 7 días de la semana), después de salir de urgencias dormí como si hibernar fuera el único propósito con el que hubiese sido creada, tuve una lucha muy fuerte en mi interior, quería con todas las fuerzas de mi alma estar al lado de mi esposo, pero este cuerpo débil no me dejaba.... así que no tenía el control de la situación, no había nada que pudiese hacer, solo repetirme constantemente que Dios estaba en control y yo debía simplemente descansar en Él (suena facilisimo, pero me dolía el alma, me dolía la impotencia, me dolía la frustración)
Los siguientes días no fueron nada buenos, la condición de Dani se iba deteriorando con el pasar del tiempo, al punto en que los médicos nos dijeron que estaba agonizando, que era cuestión de horas o días, eso fue el viernes 19, dejaron entrar a toda la familia, con el único propósito de despedirnos, pues tal vez esa noche sería la última que lo veríamos, por lo menos en este mundo. Si me preguntan, en realidad yo pensé que había llegado la hora de Dani, su semblante no era bueno, no era consciente, no respondía a mi voz, no nada!, todo era incertidumbre y sus pulmones cada vez eran mas débiles, se veía a simple vista el esfuerzo con el que Dani respiraba, que le decía?: Amor, tu vida está en manos de Dios, no te aferres a nada, sólo aferrate a Él, te amo con todo lo que soy y siempre siempre será así, mis palabras sonaron tranquilas, pero mi espíritu y alma estaban rotos, quebrantados, estaba llena de miedo, ansiedad... y aparte seguía enferma, no pude quedarme mucho tiempo, tuve que ir a mi casa, aun cuando todos se quedaron, yo no pude!, mi cuerpo débil no ayudó... y que mas podía hacer, sino confiar en Dios, que pasara lo que pasara, sería lo mejor.... Su soberanía es perfecta, ese día, ese mal día, si que sentí morir por dentro, morí a Dani, morí a mi vida con él, morí a las esperanzas de verlo una vez más, morí a mi misma, morí a mis deseos, morí!, mi corazón se resbaló por entre mis dedos y se quedó ligado en esa ultima caricia que le di a su rostro antes de partir.
Eso amigos, es soltar el control, cuando en voluntad propia no se deja actuar a Dios en nuestras vidas, Él hará lo necesario para que así sea, para que entendamos y lleguemos a la comprensión de que realmente solo El es Dios y que Su voluntad, a pesar de nosotros se cumplirá.
Al otro día amanecí con la noticia de que Dani había mejorado increíblemente!, ya había despertado y respondía a las preguntas que se le hacían!, cuando la noticia que esperaba recibir era esa que nadie quiere escuchar jamás: se ha ido...
La noche anterior había muerto, y esa mañana experimentaba el gozo de una respuesta inesperada de parte de Dios, así que vivo cada día como si cada segundo fuera un regalo, el mejor regalo que Dios pueda darme.
Lección # 2
Si queremos tener una buena relación con Jesús, lo primero que tenemos que aprender, es a dejar que nuestra voluntad sea quebrantada y sometida a la suya. Es doloroso y humillante, pero es la única manera de hacerlo. Es ser, No yo, sino Cristo en mí (Gálatas 2:20). El yo tiene que doblegarse ante Cristo, quien no puede vivir plenamente en nosotros y revelarse a sí mismo por medio nuestro hasta que ese yo duro y soberbio, que se justifica, que quiere siempre hacer su voluntad, que reclama sus derechos y busca su propia gloria, al fin baja la cabeza ante la voluntad de Dios, admite su error, rinde su voluntad a la de Él, entregando sus derechos y despojándose de su propia gloria para que el Señor Jesucristo lo tenga TODO y sea el TODO. En otras palabras, es el hecho de morir al yo y al deseo de poseerlo todo para sí mismo.
...Entonces no debe sorprendernos el hecho de que necesitamos ser quebrantados....Mientras el yo tenga el control, Dios no podrá hacer mucho con nosotros.
(Fragmento tomado de el libro El camino del Calvario)
Todo sufrimiento traerá mayor libertad a nuestro espíritu, la idea es ser más como Él.... de eso se trata este peregrinaje terrenal, seguimos con Dani hospitalizado, pero nuestra fé y nuestro espírtu está en las manos del Dios Soberano, nuestro padre.
Queridos hermanos, no se extrañen del fuego de la prueba que están soportando, como si fuera algo insólito. Al contrario, alégrense de tener parte en los sufrimientos de Cristo, para que también sea inmensa su alegría cuando se revele la gloria de Cristo
1 Pedro 4: 12-13

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